En un mundo globalizado, resulta necesario que las empresas mexicanas utilicen la planeación fiscal para competir en mercados nacionales e internacionales.
Es muy común saber de contribuyentes que toman decisiones sin asesoría fiscal, cuyos efectos en el monto de pago de impuesto pueden resultar graves; o bien, por desconocimiento, no aprovechan opciones que señalan las disposiciones fiscales.
Además, si se toma en cuenta la excesiva carga fiscal que desmotiva la formación de nuevas empresas; la falta de estímulos fiscales en sectores específicos; el crecimiento de la economía informal; la falta de traducción de los impuestos en servicios públicos de calidad, etc., resulta indispensable que los empresarios y contribuyentes se preocupen por diseñar estrategias que ayuden a cuidar los costos fiscales.
Por lo tanto, la evaluación y selección de estrategias fiscales deben ser una obligación para las empresas que quieran sobrevivir y permanecer en el mercado.
Actualmente, la planeación fiscal constituye una herramienta necesaria en la planeación estratégica de las organizaciones y algunas de sus ventajas son:
➤ Favorecer la optimización de recursos financieros.
➤ Crear una cultura fiscal, lo cual ayuda a planear y anticipar efectos de eventos futuros.
➤ Al requerir del análisis de la situación de la empresa, se obliga a detectar otras áreas de oportunidad en la organización.
➤ Minimizar el riesgo y brindar seguridad al fijar un rumbo con certidumbre.